Centrándonos en el partido del Santiago Bernabéu, antes de que comience la final, Guillermo ya se había equivocado. Es indefendible marginar a un futbolista como Cardona, que puede cambiar drásticamente el rumbo de un partido con un disparo de media distancia, con un pase gol, con una pelota parada, con inspiración. Prefirió mandar al banco a Ábila, que se mostró claramente, no estaba para jugar. ¿Qué Cardona no está bien físicamente?
Ya en el partido, en el momento más álgido, Guillermo sorprendió a todos con el ingreso de Fernando Gago. Sin embargo, es inentendible la brutalidad cometida con Carlos Tévez. El Mellizo prescindió absolutamente del Apache, un jugador lleno de experiencia, de historia y como si fuese poco, bien físicamente.
El planteo dejó a Boca a mitad de camino en ambos partidos. En la ida la dinámica del equipo y del encuentro cambió con la lesión de Pavón y el cambio de esquema. En Madrid, el vértigo pretendido por Guillermo terminó fulminando a los futbolistas en la prórroga y hasta diría, a mitad del complemento. River ahí se agigantó y aprovechó al máximo.
El hecho está consumado y Boca empezará una reconstrucción en la que habrá que ver si el entrenador estará presente o no. Las finales se ganan con detalles y Schelotto falló en casi todos.