Risoterapia: el poder del buen humor

Varios estudios científicos comprobaron que reírse es beneficioso para la salud.



La risa es un gesto, acompañado por un sonido, que una persona realiza al reaccionar ante un estímulo gracioso o que le produce felicidad. Antiguamente, aunque no estuviera demostrado científicamente, se creía en el poder que tenía la risa para influir en el cuerpo, sobre todo porque los estados de ánimo alegres creaban una predisposición favorable para la curación corporal.

En China, los taoístas incluían en su filosofía la creencia de que la salud de una persona era proporcional a las veces que se reía durante el día. En la Edad Media, la actuación de los bufones durante las comidas se hacía con el fin de facilitar la digestión en los comensales y Sigmund Freud atribuía a la risa el poder de liberar el organismo de energía negativa.

En los años setenta, un periodista llamado Norman Cousins fue diagnosticado con espondilitis anquilosante, una enfermedad inflamatoria que afecta a las articulaciones, incurable y dolorosa y descubrió que reír durante unos diez minutos le libraba del dolor durante las dos horas siguientes.

Así lo describió en su libro Anatomía de una enfermedad, a la vez que fundó la Clínica Ucla’s Norman Cousins Hospital Center Investigations, donde numerosos neurólogos y otros científicos investigan sobre el impacto que tiene la risa en el organismo humano. Aunque el poder curativo de la risa sea discutible, lo que es cierto es que nos hace sentir mejor, y como no existe peligro de sobredosis o efectos secundarios, puede resultar un importante aliado de los tratamientos médicos convencionales.

Los efectos beneficiosos de la risa testados por la ciencia

Inspiramos una mayor cantidad de aire y se incrementa el volumen respiratorio. Así lo asegura un estudio publicado en el International Journal of Humor Research, pero, advierte que este efecto solo permanece durante el momento de la risa.

El corazón late más rápido y mejora la circulación. Una investigación dada a conocer en la revista Medical Hypotheses lo corrobora, reírse reduce la inflamación de las arterias y ayuda en la producción de colesterol bueno (HDL).

Es un ejercicio muscular, ya que al reírnos se movilizan más de 400 músculos y quemamos calorías, aunque las cantidades son bajas, unas 10 calorías por cada 10 minutos de risa, según un trabajo del International Journal of Obesity.

Se liberan endorfinas en el cerebro, un analgésico natural, y aumenta la secreción de serotonina. Esto reduce la percepción del dolor y equilibra el estado de ánimo, combatiendo el estrés y la ansiedad y facilitando el sueño.

Favorece la función digestiva y mejora el tránsito intestinal. “La digestión es facilitada al vibrar el hígado y se evita el estreñimiento, mejorando la eliminación de la bilis y la estimulación del bazo”, expuso un estudio de la Pontificia Universidad Católica (Argentina).

Ayuda a reforzar las defensas y activa el sistema inmunitario. Una investigación de la Universidad Kyung Hee (Corea) observó niveles más altos de inmunoglobulina (IgA), anticuerpos que juegan un papel importante en la función inmunológica, en la leche materna de mujeres que hacían terapia de risa. Además, otro trabajo publicado en Evidence-based Complementary and Alternative Medicine encontró que ver películas de comedia aumentaba la IgA salival (sIgA), la primera barrera protectora frente a infecciones.

Elimina la energía negativa y nos enseña a percibir cualquier situación de forma más positiva. Esto fue corroborado por una investigación hecha por Bernard Saper (fue psicólogo y profesor emérito de la Universidad de Florida) y dada a conocer en el Psychiatry Quarterly, en la que se indica que mantener el sentido del humor y la capacidad de reír puede ayudar a afrontar mejor los momentos difíciles.

Ayuda a exteriorizar los sentimientos y emociones. “Debido a que algunas formas de sonreír son voluntarias y fáciles de fingir, se cree que la risa, que requiere una contracción más sinérgica de la musculatura más amplia, ha evolucionado en los humanos para expresar un mensaje seguro a los demás”, expone el estudio de la revista BMC Complementary and Alternative Medicine.

La risoterapia

La risoterapia o terapia de la risa consiste en crear situaciones que ayuden a liberar las tensiones físicas y emocionales, para conseguir reír de manera natural. Se practica en grupo, con la dirección de monitores especializados que emplean técnicas de expresión corporal, bailes y juegos con el objetivo de que los participantes consigan desinhibirse y terminen riendo a carcajadas.

Las sesiones de risoterapia comienzan explicando en qué consiste esta terapia y los beneficios que van a conseguir con ella quienes las lleven a cabo. Después, cada integrante del grupo tiene que presentarse a los demás y, para conseguir una comunicación fluida y espontánea y comenzar a desinhibirse, suelen colocarse una nariz de payaso. El siguiente paso es realizar diversos ejercicios que ayuden a relajar los músculos. De esta forma, se eliminan tensiones y se favorece una carcajada natural, que nace del interior.

Cuando el grupo está preparado para reírse, el monitor les sugiere diversos juegos y bailes. Cuando nos hacemos adultos, a menudo cambiamos los juegos por los chistes cuando se trata de humor y no nos damos cuenta de la pérdida que eso supone. En la sesión de risoterapia, recuperaremos el placer de jugar, mientras comprobamos que los efectos positivos de la risa se multiplican cuando se comparte con otras personas.





FUENTE: TN

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